Cuando cruzaba el bosque vio al Lobo y le preguntó: -¿A dónde vas? -A casa de mi abuela.- respondió.
CapeRucita colocó su cesta en la hierba y se puso a recoger cañas de azúcar para la familia. Mientras tanto el Lobo se puso de camino a la casa de la abuela, y entró derrumbando la puerta. La Abuela creía estar en peligro pero.... el Lobo se dirigió al equipo de música, enchufó sus altavoces, puso un cd y empezaron a bailar.
CapeRucita estaba de camino a la casa de la abuelita, cuando oyó gritos a los lejos, y vio que la puerta estaba tirada en el suelo y se sorprendió mucho. Al entrar vio que la Abuelita estaba bailando con el Lobo, aullando los dos de alegría. Pensó que estaba soñando ¡pero no! El Lobo le preguntó que si quería unirse a la fiesta y caperucita se aceptó sin dudar. Empezaron a bailar el Waka Waka y muchas más canciones. Estuvieron bailando día y noche, hasta que llegó la hora de cenar y se tuvo que ir. Por la noche le contó a su madre lo que había hecho.
Desde entonces, CapeRucita es amiga del Lobo y todos los sábados se reunen y bailan juntos hasta caer rendidos por la noche.
(Ahora la mamá de Caperucita también quiere unirse a sus noches de fin de semana...)
/Iván Guerra/ Alumno de Sexto de Primaria.
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