El 30 de enero de 1948, mientras se dirigía a su habitual rezo de la tarde, fue asesinado "Mahatma" Gandhi por Vinayak Nathura Godse, miembro de un grupo extremista hindú.
Por la importancia de Gandhi en el camino hacia otro mundo posible esa fecha fue elegida por las Naciones Unidas como día mundial para conmemorar el Día de la Paz y se celebra desde el año 1964.
La historia de Sadako dio la vuelta al mundo y las grullas y el origami se convirtieron en símbolos de Paz, del rechazo a la guerra.
Por la importancia de Gandhi en el camino hacia otro mundo posible esa fecha fue elegida por las Naciones Unidas como día mundial para conmemorar el Día de la Paz y se celebra desde el año 1964.
GRULLAS PARA LA PAZ
En la tradición japonesa existe la creencia popular de que haciendo mil grullas de papel se logra alcanzar larga vida y felicidad.
Esta es la historia de Sadako Sasaki y de lo que significó la primera bomba atómica sobre Hiroshima, el 6 de agosto de 1945.
La historia de las Grullas de Sadako Sasaki
Fue después de la bomba atómica sobre Hiroshima, al final de la Segunda Guerra Mundial. Sadako Sasaki fue una de las niñas que no murió el día de la explosión, pero sí que enfermó de mucha gravedad – sufrió una leucemia- poco después, con 11 años, por la radiación atómica.
Cuando supo que estaba enferma, una amiga suya intentó animarla y le contó la tradición de las 1000 grullas de papel – hacer figuritas de papel es una tradición japonesa: la técnica se llama Origami y se conoce ya en casi todas partes del mundo-.
La tradición japonesa dice que– le contó a Sadako su amiga- “concederán un deseo a aquél que consiga doblar 1000 grullas de papel como recompensa por el esfuerzo y la concentración que hacen falta para lograrlo. Este trabajo se llama el Semba-Tsuru”.
Entonces, su amiga hizo una grulla de origami y se la dio a Sadako. “Aquí está tu primera grulla”. Y le deseó que se cumpliera su deseo, curarse de su enfermedad.
Sadako empezó a doblar grullas, una tras otra, intentando conseguir su deseo de curarse mágicamente.
Pero, por desgracia, no lo logró. Murió en 1955 con 644 grullas revoloteando a su alrededor.
Conmovidos, sus amigos y compañeros de la escuela se propusieron terminar de plegar las mil grullas como un homenaje a su dedicación y volverlas a plegar cada año para recordarla. Así se propusieron también contarles a otros niños de Japón y del mundo cuál había sido su historia y la de tantos niños que, como ella, no pudieron sobrevivir a la bomba atómica.
Para que esta historia estuviera presente todos los días se propusieron hacer un monumento, una estatua de Sadako con una grulla que hoy está en el Parque de la Paz de Hiroshima. Bajo ella está escrito:
“Éste es nuestro grito, ésta es nuestra plegaria: paz en el mundo”.
La historia de Sadako dio la vuelta al mundo y las grullas y el origami se convirtieron en símbolos de Paz, del rechazo a la guerra.
2 comentarios:
Precioso relato, el día de la paz debe hacernos reflexionar a todos , las guerras son el mayor fracaso del genero humano, son la muestra mas atroz de la falta de dialogo para preservar la paz.
Un abrazo.
Ana, que bonita historia, no sabia lo de las grullas de papel. Te dejo un beso, cuidate.
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