- Pusimos en la pizarra una propuesta para empezar:
- Luego cada uno escribimos durante unos minutos un párrafo (o varios) en una hoja.
- Cambiamos los papeles entre los alumnos de la clase, de manera aleatoria y anónima, y continuamos el texto, respetando lo que ya encontramos en nuestro folio narrado.
- Al cabo del rato volvemos a cambiar, y prolongamos el texto que nos entregaron (en el que ya han escrito dos personas). Terminado este lapso, nos tomamos nuestro tiempo para terminarlo de manera coherente, y le ponemos título hasta darle un buen final al escrito, que ya pasa a ser el nuestro, aunque haya pasado por tres autores.
"LA GRULLA"
En un pueblo oriental, vivía una niña que se llamaba Shizuka. Ella tenía el pelo moreno, los ojos negros y rasgados y también siempre llevaba el pelo recogido, en forma de moño. Además, pertenecía a una familia muy pobre.Un día, cansada de aquella jornada tan agotadora, se dirigió rápidamente a su cuarto. En cuanto entró, soltó una bocanada de aire y se tiró encima del montón de paja dónde dormía. Esa noche durmió perfectamente y al siguiente día pudo trabajar más fresca que una rosa.
En cuanto terminó el día, de nuevo se fue a su cuarto y ...¡había una grulla! La grulla era muy extraña, ya que podía hablar.
- Hola Shizuca, creo que has sido bastante buena ayudando a tus padres en el campo. Creo que te mereces una recompensa, ¿deseas algo?
- Si puedes concederme el deseo de ser más rica, yo te lo agradecería.- dijo Shizuka.
- Lo siento, pero no puedo conceder deseos que tengan que ver con el corazón o el dinero.- dijo la grulla.
- ¡Qué pena! -dijo triste Shizuka- Pero, ¿podrías darme un paseo por el aire?
- ¡Claro que sí! ¿Para que están mis alas?- dijo la grulla alegre.
La niña nada más oír eso, sacó su mayor sonrisa y montó rápidamente sobre aquella ave tan extraordinaria. Toda esa noche fue mágica, ya que pudieron ver todo lo que la noche ofrecía y mucho más: la luna reflejada en los campos de arroz, los niños soñando, … Pero, cuando el primer rayito de sol salía, la niña volvía a su casa y nadie se daba cuenta de la fantástica aventura. Así, día tras día la grulla llevaba en sus alas a la pequeña niña, que todo le sorprendía.
Hasta que un día, la pequeña grulla no volvió. La niña se quedó triste y mal al ver que su amiga no volvía. Esperó años y años, pero aún la grulla no ha vuelto y Shizuka sigue esperando a que ésta vuelva de nuevo.
/PuLa JiMéneZ/
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